Veraneando en Maquegua

Este rinconcito de la Región del Maule recibe cada año a veraneantes en busca de tranquilidad, calorcito y gratas compañías; recuerdos e historias hacen de este punto de encuentro un lugar especial.

La despedida


Cuando, a parte del tren, el medio era el río, llegadas al campo y retiradas eran un evento ya que debíamos utilizar la lancha para desplazarnos hasta la Piedra del Lobo, lugar donde se guardaban los vehículos, de lo contrario 2 kilómetros a pie por la línea, para luego cruzar en bote y llegar al auto.

Todos recibíamos y despedíamos a la familia veraneante de turno.

Una vez que el camino por los cerros fue terminado, el trayecto era Constitución-Maquegua directo a la casa, con un poco de dificultad eso sí por las rutas angostas con curvas cerradas, autos en pana y arena suelta que no hacía muy placentero el viaje.

Poco a poco los veraneantes iban dejando el campo, ahí se iban amores y recuerdos gratos de un verano más junto al cerro, el río y la estación.

Historias seguirán tejiéndose en este paraje, ¿dejaremos de ver el buscarril?, ¿tendremos vías de cemento frente a la casa?, ¿aumentarán las construcciones, como crecen las familias?, se acabarán las disputas territoriales, quién sabe lo que deparará a este punto de encuentro, el tiempo lo dirá.