Veraneando en Maquegua

Este rinconcito de la Región del Maule recibe cada año a veraneantes en busca de tranquilidad, calorcito y gratas compañías; recuerdos e historias hacen de este punto de encuentro un lugar especial.

Tardes de río

Maquegua: “lugar del maqui” (nombre seguramente mapuche), donde el maqui es un fruto que escasea, por no decir que no he visto más que mora y cada vez menos, ni la sombra de la cantidad que saboreaba en el regreso del río, tiempo en que se recolectaba para hacer mermelada.

El calor obliga a buscar un poco de frescura en el río Maule, a pesar que en su orilla solo hay piedras y un poco de arena, vale la pena bajar hasta ahí y siempre es bienvenido un chapuzón helado en las aguas que pasan saludando a los bosques.

Desde pequeña que visito este paisaje año tras año, ya no como antes que permanecía prácticamente un mes entero. El río era el principal atractivo para los más chicos, donde podíamos nadar, andar en canoa y disfrutar de la tarde compartiendo con los parientes.

Cuando Rubén Andrés, "el regalón", era más chico que yo.

Aunque verano, no faltaba la fuerte lluvia de varios días que hacía poner el agua sucia, color chocolate, apenas asomaba un rayito volvíamos a bajar al río aprovechando las canoas.

Papá nos paseaba a Leo, Pamela y a mí, más grandes, solos o acompañados, los recorridos por el río eran más largos y a veces tardaban horas.

Bajar y subir las canoas no era tan complicado, pero la lancha… ahí se requería ayuda extra.